jueves, 29 de septiembre de 2011

Observación: CERROS DE VIÑA DEL MAR, Javiera Reveco



En la parte alta de los cerros de Viña del Mar, la variedad de plantas y arbustos que se expanden en ella genera un aura contrastante debido a la diferencia que se provoca entre el día y la noche.Entre bosques y arbustos, lo que de día produce confianza y tranquilidad debido a la ausencia de presencias animales por la noche inquieta por los sonidos que estos producen, ya ajenos a la amenaza de la presencia humana. Destacan entre estos personajes los conejos o "liebres" que cruzan la noche abundantemente.

Distintos de día y de noche, es en esta última instancia cuando los cerros de Viña se vuelven misteriosos y entretenidos, habitados por el sonido de los grillos rompiendo el silencio y el constante y sorpresivo cruce de las liebres en los senderos oscuros. Viña está poblado en sus cerros, pero la naturaleza aun se impone en lo más alto de sus lomas llenas de arbustos y árboles altos, por donde resulta tentador ascender en automóvil o salir simplemente a explorar.

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